El esfuerzo necesario para subir las escaleras, se ve ampliamente recompensado. En el alto hay dos edificios: un refugio con chimenea y la capilla.
La ermita, que data del siglo X,
construida sobre una fortificacion y que pudo ser un monasterio templario, está llena de ofrendas de los marinos que se han salvado de algún naufragio. Es esta una visita imprescindible en la costa de Euskadi.
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