miércoles, 7 de octubre de 2009

el valle de manzanedo

cada vez que voy a esa comarca burgalesa vuelvo mas enamorado de ella
NATURALEZA EN EL VALLE DE MANZANEDO

- Un lugar geográfico: Entre el anticlinal de Leva y la Sierra de Tudanca, y regado por el río Ebro, se encuentra el Valle de Manzanedo, una perfecta unidad geográfica. El desfiladero de Los Tornos de Tudanca y el de los Hocinos son la entrada y salida del río Ebro en este hermoso y agreste valle; son las dos entradas naturales. En el centro del valle, una pequeña elevación forma otro vallejo conocido por el Rojo. La superficie de este despoblado valle está ocupada en su mayor parte por amplios bosques situados en la falda norte de la Sierra de Tudanca, con una vegetación muy variada (boj, arces, madroños, encinas, robles, pinos, hayas e incluso tejos) y chopos en las orillas del Ebro. En el anticlinal de Leva, con un carácter más seco, la vegetación es más escasa, con presencia de especies mediterráneas como enebro, sabina, roble, pino y encina. La superficie del valle apenas es aprovecha por la agricultura; la ganadería es algo más intensa en el valle del Rojo, debido principalmente al abandono de sus pueblos. Este semiabandonado valle tiene un gran interés paisajístico y natural; en el encontramos lugares poco conocidos y transitados, ya que los caminos con el paso del tiempo se han ido cerrando. Por citar algunos, en primer lugar señalaremos el desfiladero de los tornos de Tudanca y el de los Hocinos por su espectacularidad. Además encontramos un gran bosque de tejos en las laderas de la Sierra de Tudanca.

- Historia: Históricamente, la presencia del Monasterio de Rioseco ha sido el eje central en el desarrollo de gran parte del Valle de Manzanedo. Este Monasterio cisterciense ejerció sus dominios sobre gran parte de la zona norte de Burgos. El Monasterio fue muy próspero, pero sus propiedades se vendieron con la desamortización de Mendizábal, y desde ese momento su influencia fue en declive. Todo el conjunto del monasterio se abandonó en los años sesenta, lo que ha propiciado el estado de ruina en el que se encuentra. Pero antes del establecimiento del monasterio, los eremitas ya poblaban el Valle, y testimonio de ello es el eremitorio de Argés.

- Arte: La arquitectura popular del Valle de Manzanedo está muy bien conservada y se caracteriza por sus gruesos muros de mampostería, con pequeños vanos para las ventanas, tejados a cuatro aguas, grandes plantas cuadradas y generalmente de planta baja y una altura con trasteros, y presencia de la característica solana o balcón corrido de madera. Hay numerosos casos en los que existe la presencia de elementos cultos en las casas como arcos de medio punto, escudos, ventanas góticas, etc. En algunas localidades, como Arreba o Población de Arreba, los muros de mamposteriá están menos presentes en las fahadas de las casas; su lugar es ocupado por un trabajado sillar, y esto es debido a los numerosos canteros que existieron en aquellos tiempos. En lo concerniente a la arquitectura religiosa, señalar la importancia artística del abandonado Monasterio de Rioseco y de un gran patrimonio románico en un mal estado de conservación, en el que destacan las iglesias de Crespos y de San Miguel de Cornezuelo. También resaltar la joya del eremitorio de Argés.

Fuente Humorera: En esta abandonada localidad solo se conserva parte de la iglesia parroquial, principalmente románica y popular, y que consta de una nave con ábside semicircular. Esta construcción ha sido victima de un gran expolio.

Argés: Su iglesia parroquial de estilo popular tiene una nave, con una capilla y sacristía adosada a cada lateral; a los pies de la nave está la espadaña y una escalera de acceso. En las cercanías del cruce de la carretera de Argés, una estrecha senda asciende hasta un bello eremitorio, que además de utilizarse como lugar de culto y vivienda, fue dedicado como cementerio, y así lo atestiguan las tumbas antropomorfas que allí se encuentran.

Arreba: El núcleo está divido en dos barrios: el del castillo y el de la iglesia; La iglesia de San Juan de estilo plateresco tiene planta de cruz latina, con una nave con crucero; en el lateral está adosada la sacristía y en los pies se alza la torre que tiene contrafuertes en las esquinas; en el lateral hay un pórtico popular, bajo el cual hay un arco de medio punto con una hornacina. En la entrada a la localidad, en el alto del puerto, están los restos del castillo de Arreba, del que solo quedan algunos trozos de sillería. En Arreba además hay varias casonas solariegas, caracterizadas por su solidez, con muros de sillar y por la presencia de elementos cultos (escudos, arcos y ventanas).

Cidad de Ebro: Tiene varias casonas con elementos cultos. Tras atravesar un puente popular se accede a la población. La popular iglesia de San Román tiene una nave rectangular a la que se adosan la sacristía y la capilla; la espadaña está a los pies y a ella se accede por una escalera de caracol; en el lateral se ubica la portada de arco de medio punto y que está cubierta con un pórtico con pies derechos. La ermita de la Virgen Blanca tiene una nave con ábside semicircular románico con canes bastos en la cornisa; la espadaña y el pórtico están en el lateral de la nave, con pies derechos de madera que protegen un arco de medio punto. En la entrada del pueblo hay un crucero barroco de piedra, con columnas sobre basa circular y capitel muy sencillo soportando una cruz barroca. Consortes: El núcleo, estructurado en torno a una calle, tiene tipología popular y en el encontraremos rincones de gran belleza, como la bolera y la fuente. La iglesia de San Pedro conserva gran parte románica y tiene una nave en crucero a un lado y en el otro extremo de la nave la torre espadaña; la cabecera es cuadrada con contrafuertes diagonales en esquina y ventana gótica en el lateral; el pórtico adosado al lateral con tres pies derechos de madera tiene, cobija una portada gótica apuntada de una arquivolta; hay restos de canes en el lateral.

Crespos: conjunto urbano que conserva una interesante arquitectura popular. lo más destacable es la pequeña iglesia románica de la Virgen del Rosario del siglo XI y XII que conserva una buena unidad de estilo; tiene una nave, con ábside semicircular con contrafuertes prismáticos y una torre-espadaña sobre el primer tramo. Tiene varios elementos románicos como las molduras ajedrezadas a media altura, cornisa con canecillos de gran tamaño y temática variada (animal, vegetal y geométricos), portada de medio punto con cuatro arquivoltas, columnas y capiteles con escasa decoración; el interior es de gran belleza.

Cueva: La iglesia de San Roque es de estilo popular con una nave rectangular y cabecera con contrafuertes en esquina; la sacristía y el pórtico están adosados a ambos laterales y la espadaña a los pies de la nave.

Manzanedillo: su iglesia parroquial, que está en ruinas tiene una nave y ábside semicircular románico, bóveda de horno del siglo XIII, cornisa taqueada y restos de pinturas murales. En la localidad existen los restos de un torreón de planta cuadrada de tres alturas con arcos apuntados góticos en puerta y ventanas.

Manzanedo: La iglesia de Santa Marina mezcla el estilo románico con otros como cisterciense popular y barroco. Tiene dos naves, una con ábside semicircular contrafuertes prismáticos, ventana con una arquivolta y escasa decoración. La espadaña está a los pies de la nave; bajo ella el pórtico con pies derechos de madera y una portada con tres arquivoltas apuntadas con escasa decoración. Tiene canes toscos en el alero.

Mundoval: Su iglesia parroquial en ruinas es principalmente románica, y la quedan parte de los muros de la nave, la bóveda de medio cañón, la cabecera semicircular y las ruinas de la torre adosada a los pies. Tiene capiteles de decoración vegetal, canecillos y una ventana románica muy sencilla. Peñalba de

Manzanedo: La iglesia parroquial de estilo popular románico, es de una nave con planta rectangular, con diversos añadidos: sacristía en el lateral, torre-espadaña y pórtico en el lateral derecho. La portada tiene una arquivolta apuntada gótica, la cabecera contrafuertes en esquina y el alero de la nave canes bastos.

Población de Arreba: El núcleo conserva buenas muestras de la arquitectura popular, como una serie de casas en hilera, con solana o balcón corrido de madera en su parte superior. La iglesia de Santa Isabel es de estilo barroco y tiene una nave rectangular, con tres tramos marcados con contrafuertes al exterior. La torre está a los pies de la nave y tiene un reloj frontal. En el lateral hay un pórtico con pies derechos de madera, bajo el cual hay una portada barroca con arco de medio punto.

Quintana del Rojo: el pueblo está semi-abandonado y en estado de ruina. Hay un conjunto de casas que conserva elementos de interés como arcos de medio punto y ventanas decoradas con bolas.

Rioseco: El Monasterio Cisterciense de Rioseco fue uno de los más importantes de la provincia de Burgos. El edificio, en estado de ruinas y muy complejo, se encuentra totalmente abandonado. La parte que mejor se conserva es la iglesia gótica, de grandes dimensiones, con tres naves y planta de cruz latina con bóveda de crucería. Tiene ventanas góticas polilobuladas y un claustro del siglo XVII, que tenía dos plantas y del que solo quedan las arcadas de medio punto. Adosados hay varios edificios auxiliares como capillas y sacristía. Tiene escalera de caracol y diferentes entradas a los pies y en los laterales, que comunicaban con el monasterio, con el cementerio y con el claustro. El monasterio en general fue abandonado hace más de veinticinco años y desde ese tiempo ha sido victima de un gran deterioro y expolio. Varias piezas de interés se conservan en el Monasterio de Santa María la Real de Vileña y en el Museo Provincial de Burgos.

San Martín del Rojo: La iglesia de San Martín es principalmente románica, con una nave de tres tramos con contrafuertes al exterior y ábside semicircular con contrafuertes prismáticos. La espadaña está a los pies de la nave. Tiene canes labrados con temática humana y una ventana en el centro del ábside con decoración geométrica. En el lateral de la nave está la portada con tres arquivoltas con decoración variada y motivos muy toscos. Su porche se apoya en dos columnas con capiteles románicos. Los motivos decorativos del interior se encuentran en Burgos.

San Miguel de Cornezuelo: Este bello pueblo conserva una arquitectura de gran interés; sus casas están adosadas unas a otras y dispuestas formando calle, como si se tratara de un fuero; estas construcciones destacan por su balcón corrido de madera en la parte superior, en el que se sitúa un cortafuegos a ambos lados. Las casas, en su mayoría está fechadas en el siglo XIX. La arquitectura popular se completa con una fuente abrevadero pegada a la pared de la iglesia. La Iglesia de San Miguel es románica del siglo XI y conserva una buena unidad de estilo. La iglesia tiene una nave románica de grandes dimensiones con ábside semicircular y contrafuertes prismáticos. La decoración exterior se centra en los canecillos de los aleros que tiene una temática muy variada. En el interior tiene una arquería ciega con seis arcos de medio punto, capiteles y columnas, con imposta taqueada por encima de las arquivoltas y bóveda de horno enfoscada y encalada. El primer tramo también tiene arquería ciega con dos arcos de medio punto y está separado de la bóveda por un arco fajón. A lo pies está la portada, con cuatro arquivoltas, columnas y capiteles con escasa decoración y en el tímpano un bajorelieve muy tosco que representa a un guerrero luchando con un león y el árbol de la vida. La portada está protegida por un porche popular sobre el que se encuentra la espadaña, a la que se accede por una escalera de caracol adosada al lateral, como lo está la capilla. También hay una ermita barroca pero de menor importancia artística.

Vallejo: La iglesia de Santa Leocadia es gótica de una nave y con capillas añadidas en el lateral posterior. La cabecera es cuadrada con contrafuertes diagonales en las esquinas y canes bastos. El acceso es mediante un puerta adintelada, protegida por un porche.

Villasopliz: La iglesia parroquial es de una nave popular con ábside semicircular románico, con contrafuertes y canes bastos en la cornisa. La espadaña y una escalera de caracol están adosadas en el lateral, al igual que el pórtico con un pie derecho de madera.

- Tradiciones y fiestas populares: Debido a la escasez de vecinos, únicamente se celebran algunas fiestas patronales en las localidades más grandes. El resto se han ido perdiendo con el paso del tiempo.

- Deportes y ocio: Las únicas instalaciones deportivas existentes en algunas poblaciones son las tradicionales boleras. En Cidad de Ebro existe un campo de fútbol y junto al Ebro encontramos varias zonas de baños del Ebro. Las posibilidades deportivas son muy amplias y se vinculan al medio natural. La pesca, la caza y el senderismo son las que más frecuentemente se practican. Bici de montaña, equitación, piragüismo, rafting y escalada son otras posibles actividades que se pueden practicar. En los meses de verano es habitual que se instalen en el municipio, junto al río Ebro, varios campamentos. En Cidad de Ebro, camino de Tudanca, encontramos una zona acondicionada con unos merenderos.

- Gastronomía: Setas, níscalos, frutas y truchas son los productos más comunes. La matanza es tradicional entre las familias descendientes de los pueblos del municipio. Un producto que cada vez se está comercializando mejor es la miel y sus derivados.

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